Un tornillo autorroscante de cabeza redonda es un tipo de sujetador que se usa comúnmente en la construcción, la carpintería y otras aplicaciones. Está diseñado para crear su propio orificio roscado a medida que se introduce en un material, lo que elimina la necesidad de un orificio pretaladrado.
El tornillo tiene una cabeza redonda que está ligeramente abovedada, lo que brinda una apariencia suave y acabada cuando se instala. El cabezal suele tener un hueco ranurado o Phillips, lo que permite apretarlo o aflojarlo con un destornillador compatible o una herramienta eléctrica.
Una de las características clave de un tornillo autorroscante es su punta afilada y puntiaguda. Esta punta está especialmente diseñada para cortar y sujetar el material a medida que se gira el tornillo, creando roscas dentro del propio material. Esta acción de roscado permite que el tornillo sujete de forma segura dos o más materiales. Los tornillos autorroscantes están disponibles en varios tamaños y materiales, como acero inoxidable, acero al carbono o latón, para adaptarse a diferentes aplicaciones y entornos. La elección del material depende de factores como la resistencia a la corrosión, la capacidad de carga y los requisitos estéticos. Estos tornillos se usan comúnmente en proyectos de carpintería, fabricación de metales, instalaciones eléctricas y tareas de reparación en general. Ofrecen ventajas como la facilidad de instalación, ahorro de tiempo y una sujeción fiable en una amplia gama de materiales.